viernes, 28 de octubre de 2011

4.978.300 parados hoy... y esto decía Rubalcaba el pasado 29 de abril

Hechos irrefutables


La bomba de la T-4 había acabado con la enésima tregua y preguntó el periodista de El Correo al presidente del Gobierno el 3 de marzo de 2008, poco antes de las últimas elecciones generales:
-¿Tendría que haber una declaración de abandono de las armas para que el Gobierno diese nuevos pasos?
- Ahora es un problema de absoluta credibilidad. Tendría que haber algo más que declaraciones.
-¿Gestos?
-Hechos irrefutables.
¿Qué ha cambiado desde entonces para que la credibilidad de ETA no dependa ya de “hechos irrefutables” y tanto al Gobierno como a gran parte de la oposición les valga una mera declaración de intenciones, aunque sea de abandono de las armas? ¿No sería mejor estar ante un “hecho irrefutable” como la entrega de las mismas? Así lo creía hace tres años el propio presidente cuando, en entrevista en La Sexta, afirmó que ETA sólo sería creíble con "una declaración de final definitivo, total y absoluto" del fuego y "de entrega de las armas". De esta última condición, los socialistas no hablan ya. ¿Quizá porque “ETA no tiene voluntad real de dejar las armas”, según reconoció el presidente en Veo7 el pasado 25 de enero? El tiempo dirá. Pero hoy, que nadie se atreva a relacionar el comunicado de la banda terrorista con el calendario electoral. Eso es “ciencia ficción”, nos advirtió Zapatero el pasado 25 de julio, durante su visita al premier británico, David Cameron.
Si la credibilidad de un presidente no aguanta el rastreo por las hemerotecas, ¿por qué creer la de un comunicado leído por unos encapuchados bajo el logo de ETA y el lema “bietan jarrai”, que se traduce por “seguir las dos”: la violencia representada por el hacha y la seducción embaucadora que simboliza la serpiente anudada en ella?

LA RAZÓN, 28/10/2011

domingo, 23 de octubre de 2011

Paz con ETA de gendarme

   «Tiene la mente un poco perturbada», dijo de él Felipe González. De «miserable e indecente» lo tildó Patxi López. «Miente», zanjó Zapatero. ¿Qué había dicho el destinatario de tanto improperio? Dos cosas: que el Gobierno mantenía un proceso de diálogo con ETA que facilitaría el regreso de su gente a los ayuntamientos y que los socialistas necesitaban a ETA tanto como la banda a los socialistas para escenificar el final del terrorismo que le permitiera a los primeros un rédito electoral y a los segundos, abrir un proceso político con la autodeterminación como objetivo. ¿Y qué ha pasado? Lo anunciado por Mayor Oreja: los proetarras gobiernan un centenar de municipios y ETA ha entrado en campaña con un comunicado recibido por el PSOE con alborozo, pero que nos coloca ante un futuro endiablado. Los terroristas han dado el empujón a su brazo político para imponerse en la lucha por el poder en el País Vasco y abocar a España a «un desafío nacionalista en el que ETA hará de todo menos su final definitivo». El ministro de Aznar tenía razón entonces. Y la tiene ahora. La «paz» de ETA es el colofón a un proceso pactado en el que no renuncia a sus objetivos totalitarios enmascarados. Simplemente ha llegado a la convicción de que ahora puede alcanzarlos sin disparar un tiro. Y para que así sea, se queda como gendarme del «nuevo tiempo político». Con la pistola en el bolsillo. Por si acaso.

LA RAZÓN, 23/10/2011

lunes, 17 de octubre de 2011

En la mesa con ETA

   La libertad del País Vasco está regada por la sangre de muchos socialistas cuya memoria está siendo ultrajada por unos dirigentes en apuros. Su participación en el contubernio proetarra que arranca hoy en San Sebastián es la culminación de un proceso abyecto de rendición y entrega. El que vaticinó hace más de seis años la madre de Joseba Pagaza, socialista asesinado por ETA, cuando alertó de que el PSOE terminaría haciendo cosas que nos helarían la sangre por poner «en un lado de la balanza la vida y la dignidad, y en el otro el poder y el interés del partido». Entonces, Patxi López, líder del socialismo vasco, se había reunido con Otegi, cabecilla de Batasuna, ilegalizada por el Tribunal Supremo por ser parte de ETA. A la vista de todos, PSOE y ETA compartían mesa con un mantel tan negro como el maridaje que han mantenido desde que Zapatero, aún en la oposición, decidió convertir a la banda terrorista en actor político de su visionaria segunda transición. Él firmaba el Pacto Antiterrorista con Aznar y sus hombres en el País Vasco negociaban con Josu Ternera la tregua pactada que llegaría después. Y con ella, la negociación política, las cesiones al chantaje terrorista, los «chivatazos» policiales, las togas manchándose con el polvo del camino, la ruptura fingida tras la bomba de la T-4 (convertida en accidente en el subconsciente del líder de un partido entregado) y la legalización de Bildu. Hoy es Rubalcaba quien se sienta en la mesa con los enviados de ETA para mendigar la limosna de un gesto que pueda canjear por un puñado de votos. Lo que ha venido haciendo el PSOE desde 2001 con el silencio avergonzado de muchos militantes de buena voluntad que ven su dignidad por los suelos.

LA RAZÓN, 17/10/2011

viernes, 14 de octubre de 2011

La tarea de Rajoy

   Recuperar la concordia nacional y las creencias compartidas de lo que somos y lo que podemos llegar a ser como nación de ciudadanos libres e iguales. Renovar el espíritu de la Transición, éxito colectivo que no se sustentó en el olvido deliberado, sino en la memoria viva de un drama con culpables en los dos bandos que nunca debíamos repetir. Fortalecer los compromisos de España con las naciones libres, ofrecernos como socios fiables en los momentos difíciles y corregir las veleidades de un pacifismo infantil seducido por amistades peligrosas con déspotas incivilizados. Romper la negociación mendicante con ETA y activar de nuevo los resortes de la ley para que sus cómplices dejen de ocupar las instituciones democráticas hasta que se produzca (si es que algún día llega) el abandono verificado y definitivo de las armas sin contraprestación alguna. Restablecer los principios del mérito y la capacidad en el desempeño de los cargos públicos para recuperarnos de ocho años de selección negativa que tanto han desacreditado a la política. Librarnos de ocurrencias que empiezan bendiciendo el aumento del gasto público y terminan luego con el recorte de las pensiones, detener la sangría del paro con las reformas imprescindibles sin esperar a que nos las impongan desde fuera, tener un plan y desterrar la improvisación permanente que ahuyenta a los inversores y desalienta a los emprendedores.
   Rajoy no necesita seducir con un programa de propuestas originales. Le llega con la sensatez, un tesoro a los ojos de los españoles después de tanto despropósito, impericia, desmán, sectarismo e irresponsabilidad. Tiene razón Aznar cuando afirma que devolver España a la normalidad va a resultar revolucionario. Es la tarea que aguarda a Rajoy.

LA RAZÓN, 14/10/2011

viernes, 7 de octubre de 2011

Otra izquierda es posible

   “Es inevitable enfrentarnos al dimensionamiento del Estado del Bienestar. Si queremos mantenerlo, tendremos que distinguir lo importante de lo que no lo es. Esto nos obliga a decir la verdad. A los ciudadanos les interesa que la distribución del agua o los transportes colectivos funcionen, no quién los gestione. Esto es un debate del pasado”. Quien así se expresa no es un dirigente del PP ni un neoliberal desatado. Tampoco una versión carpetovetónica del denostado Tea Party. Son palabras de Nicolás Redondo Terreros, socialista vasco e hijo del histórico líder de UGT, la otra noche en Telemadrid. Constatación de que otra izquierda es posible, también en España. Pragmática y responsable. Moderna. Liberada de ideas periclitadas. Sin ataduras ideológicas para defender el bienestar de la sociedad, que no el del Estado. Respetuosa con los derechos individuales que aún causan sarpullidos en los nostálgicos de colectivismo. Es la izquierda que necesita España para salir de la crisis. La del compromiso con recetas que funcionan. No la de pancarta y algarada. Es la izquierda a la que Rajoy, si confirma sus expectativas de victoria, debe convocar después del 20-N para clausurar un ciclo nefasto y recuperar la senda del sentido común con un puñado de ideas básicas: no se puede gastar lo que no se tiene, la austeridad es una virtud aún en tiempos de bonanza, el empleo lo crean los emprendedores, bastante hacen los gobiernos si no les entorpecen con sus apetitos fiscales y nadie como uno mismo sabe lo que es mejor para él y sus hijos.

LA RAZÓN, 7/10/2011

jueves, 6 de octubre de 2011

El legado de Steve Jobs



   Dicen de Steve Jobs que es el Leonardo da Vinci de nuestra era. Los frutos de su ingenio han cambiado nuestras vidas, es cierto. Dejo aquí su discurso de apertura de curso en la Universidad de Stanford, toda una propuesta de vida para estos tiempos difíciles. Este es su auténtico legado.