sábado, 30 de junio de 2012

¿Qué Europa?

  

Artículo publicado en La Razón sobre el debate que Monseñor Cañizares y José Luis Rodríguez Zapatero que mantuvieron sobre "El Humanismo del Siglo XXI" en la Universidad Católica de Ávila

   Más Europa. El cliché de moda. La pócima de nuestros males. Más Europa para salir de esta crisis tremenda que nos tiene metido el miedo en el cuerpo. Más Europa es la receta del Gobierno. También la de la oposición. Pero nadie nos explica qué debemos entender por Europa ¿Cómo saber así si necesitamos más o no? El cardenal y el ex presidente comparten el sueño de la Europa unida. Pero no sueñan con la misma Europa. Como no podía ser de otra manera, destacan el éxito de una fórmula que, tras la Segunda Guerra Mundial, abrió el mayor período de paz y prosperidad conocido nunca en el Viejo Continente. Pero ahora la mayor crisis económica desde 1929 se ha enseñoreado de nuestras vidas y cubre de nubes el horizonte del proyecto europeo. Mientras al político le interesan las herramientas que se deben utilizar para proseguir en la construcción del edificio común, al hombre de fe le preocupa la naturaleza de los materiales con los que éste se levante y su capacidad de resistencia a los avatares de la historia. Zapatero, como buen socialdemócrata, quiere mayor control público de las finanzas y una economía más intervenida por el poder político. Por encima de ésta, reducida al desafortunado tópico de «la Europa de los mercaderes», a monseñor Cañizares le desasosiega que los valores cristianos sobre los que se construyó Europa sean erradicados por el relativismo. El cardenal se quedó ahí. Diagnosticó la enfermedad, pero confieso que me quedé con ganas de escuchar la descripción de sus efectos corrosivos sobre la cultura occidental, de un tiempo a esta parte tan seducida por lo foráneo como descreída de las razones de su éxito, tan benevolente con los defectos ajenos como intransigente con los suyos. Y de hacerlo precisamente ante el político que lleva a gala la defensa de que no hay verdades absolutas. Fue una pena. El debate nos hubiera llevado a las raíces de esta crisis y de cómo hemos sido arrastrados al abismo seducidos por flautistas de Hamelín que nos prometieron algo tan antieuropeo como el bienestar sin esfuerzo.

LA RAZÓN, 29/06/2012

viernes, 22 de junio de 2012

Una bomba que detonará

   ETA nunca fue una mafia, aunque se comportara como tal. ETA fue y sigue siendo un proyecto político. De ambición totalitaria, espíritu marxista y la ruptura de España como objetivo. Durante 40 años creyó que con bombas y tiros en la nuca doblegaría la fortaleza de la nación para resistir a sus propósitos. Pero la determinación de los españoles para no ceder, para combatirla con toda la fuerza de la ley y la decidida acción policial terminó arrinconándola. Agonizaba la banda, sin apoyo social ni financiero, con todos sus comandos cayendo como conejos, cuando un presidente rendido al pacifismo infantiloide concedió a los terroristas una oportunidad inesperada. ETA interpretó los nuevos tiempos de contemporización y no le fue difícil pactar con un Gobierno predispuesto a creer en la sobrevenida buena voluntad de quienes nunca la tuvieron y débil ante el chantaje. Ahora la bestia está a punto de alcanzar el poder político sin necesidad de más zarpazos asesinos. Se entiende la alegría del mundo proetarra expresada por Barrena: “Lo imposible parece imposible hasta que se consigue”. ETA gana y España pierde. La democracia acoge en su seno a quienes buscan destruirla, y los españoles, con las víctimas al frente, arrastran su dignidad por los suelos con el triunfo de quienes ni se arrepienten de su historia salvaje, ni condenan el terror, ni disuelven su brazo armado. La legalización del partido de ETA y el desafío que abre al futuro de la nación española es la bomba de efecto retardado que un presidente visionario e irresponsable dejó en la mesa a su sucesor. Rajoy, volcado en la gestión de la crisis económica, no ha sabido o querido desactivarla. Pero la bomba detonará. Y lamentaremos las consecuencias.

LA RAZÓN, 23/06/2012

jueves, 21 de junio de 2012

Las dos caras de Rubalcaba


"La decisión del Tribunal Constitucional de legalizar Sortu favorece la desaparición de ETA"
21 de junio de 2012


"Sortu no es un nuevo partido caído del cielo. Es la ilegalizada Batasuna que quiere ser legal"
12 de febrero de 2011

viernes, 15 de junio de 2012

Ay Rublacaba

   Si Rubalcaba pasa por ser un hombre de estado, ayer tuvo un mal día. Con España asomándose al abismo, ofreció apoyo al Gobierno en su llamamiento para que el BCE intervenga en favor de la estabilización del euro y reconoció: “No es momento de críticas”. Pero no pudo morderse la lengua y después tildó varias veces de “desastrosa” la gestión de Rajoy. Los españoles asisten con justificada preocupación a una emergencia nacional. Y en situaciones así, no hay medias tintas: arrimas el hombro o mejor no estorbes. Sorber y soplar a la vez es imposible. Incluso para Rubalcaba. Empujado seguramente por su debilidad interna frente al avance del “chaconismo” y la desesperación que produce no subir en las encuestas, el líder socialista cede fácilmente a la deslealtad. Si cree que es el atajo para recuperar respaldo electoral en tiempos tan difíciles, desprecia la fuerza de la memoria colectiva. Esa que recuerda que fue su Gobierno quien pronosticó en agosto de 2007 que la crisis financiera desatada en EEUU tendría un impacto pequeño en la economía española, que no ha olvidado la defensa que se hizo del sistema financiero español como el mejor del mundo, y que aún escucha los ecos del último vaticinio, unas semanas antes de que los socialistas abandonaran el poder: la banca española no necesitará un rescate público. Un amplio serial de falsedades, ocultaciones y despropósitos que Angela Merkel sintetizó ayer al justificar el préstamo solicitado por Rajoy: ayudará a superar diez años de irresponsabilidades. ¿Dónde estuvo Rubalcaba esos años? ¿Qué Gobierno vicepresidía en junio de 2011 cuando, mientras los demás países habían saneado ya sus bancos, aseguraba que “en España estos problemas son menores porque tenemos una banca bien supervisada”? Pues eso.

LA RAZÓN, 15/06/2012

viernes, 8 de junio de 2012

Más barato, más libres

   Lamenta la prensa progresista en un titular: “Rajoy planea lograr el Estado más barato de Europa occidental esta legislatura”. El consenso socialdemócrata no entiende que los servicios esenciales se puedan prestar gastando menos o que se puedan facilitar, con igual o mejor calidad, por la iniciativa privada. Pero Cáritas consigue trabajo para el 16 por ciento de las solicitudes laborales que tramita, mientras que el INEM apenas coloca al 3 por ciento de los parados que hacen cola en sus oficinas. La fuerza de los hechos es imparable. Y mejor será que nos vayamos adaptando al mundo que viene. Nos guste o no. El paternalismo público se expandió en nuestra democracia bajo la fórmula del yo te doy si tú me das y floreció en un mercadeo del voto en el que los políticos de todos los colores han ido cedido gustosamente en la medida que la distribución de beneficios les permitía comprar partidarios. El invento funciona con bonanza económica y se demuestra insostenible cuando no hay nada que repartir, salvo miseria. Por eso es importante ir haciéndonos a la idea: vamos a depender más los unos de los otros y menos del Estado. De ahí la importancia de reformas como las que el Gobierno de Rajoy prepara para favorecer a los emprendedores. Ya que, endeudado hasta las cejas, el Estado no va a poder mantener el señuelo del bienestar gratis total con el que cortejaba nuestro voto, al menos que no estorbe a las personas valientes para generar proyectos que terminarán enriqueciendo al conjunto de la sociedad. Como facilitador de oportunidades, el Estado será más barato. Y los ciudadanos, más libres.

LA RAZÓN, 8/06/2012

jueves, 7 de junio de 2012

Sin España

   España atraviesa una crisis económica que no es ajena a un modelo de organización que ha alumbrado 17 mini-estados, todos carísimos, y diluido la nación española en un embrollo de intereses excluyentes. Y con nuestras debilidades reiteradas frente a los chantajes, nos hemos colocado ante una situación extrema: una nación en cueros, sin nervio para el esfuerzo común ahora que necesitamos del compromiso colectivo para salir de la crisis. Porque España se salvará entera o caerá sin excepciones. Pero resulta enternecedor ver cómo quienes durante treinta años han crecido en la deslealtad constitucional, han impuesto su identidad excluyente y se han ciscado en los símbolos nacionales, vienen ahora a suplicar el auxilio de los hispabonos, al parecer lo único con sabor español que no les apesta, una vez que sus bonos patrióticos se revelaron bonos basura. Sin credibilidad para acudir a los mercados, buscan el manto protector de España, que lo tiene hecho jirones precisamente por el desconcierto sembrado en el exterior con nuestro galimatías territorial y esa imagen lamentable de barullo de naciones egoístas y manirrotas a las que sólo une el deporte. Y a veces ni eso.
   Rajoy y Rubalcaba deberían leer el último libro de Martín Alonso, «Ahora, y para siempre, libres», relato apasionado del legado político y moral de Lincoln, el presidente que se negó a contemporizar con los que querían enterrar la nación y entregó su vida a la causa de la unión para así terminar salvando la democracia y la libertad. O el PP y el PSOE hacen de la necesidad virtud y asumen la crisis como oportunidad para una reforma decidida y profunda del modelo de Estado que permita recuperar el vigor de esta nación cuarteada o el hundimiento colectivo no será solo económico.

LA RAZÓN, 1/06/2012